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Viaje de clase

Tras la pista del oro de Bentheim

De miércoles a viernes, los alumnos se embarcaron en un emocionante viaje a Bad Bentheim para descubrir el llamado oro de Bentheim, la piedra arenisca que allí se extrae. El viaje escolar de tres días ofreció mucha diversión, ejercicio y actividades creativas, así como datos interesantes sobre la región.

Tras llegar el miércoles y un almuerzo refrescante, las primeras actividades se pusieron en marcha enseguida. Cada clase se dividió en dos grupos (A y B), que realizaron un variado programa. A lo largo de los días, los grupos se intercambiaron las actividades para que todos los niños pudieran disfrutar de cada una de ellas.

El grupo A comenzó con una excursión por el Bentheimer Kuhlen, donde los alumnos exploraron las antiguas zonas de extracción de la arenisca de Bentheim. La escalada por las paredes rocosas fue especialmente emocionante, ya que ofrecía tanto un reto deportivo como un toque de aventura.

Al grupo B, en cambio, se le permitió dar rienda suelta a su creatividad: Se cincelaron obras de arte individuales en la arenisca típica de la región. Desde animales y letras hasta motivos simbólicos, todo estaba incluido. Al final de la actividad, cada niño pudo llevarse su propia obra de arte a casa.

Uno de los momentos más destacados de la clase fue la visita al castillo de Bentheim. La fortaleza medieval impresionó con sus poderosos muros y sus apasionantes historias.

El miércoles por la noche hubo mucha fiesta en el albergue juvenil: La discoteca del viaje de estudios hizo que todo el mundo se moviera. Además de clásicos conocidos como Macarena, Dorfkinder y Aloha Heja He, éxitos actuales de la fiesta como Wildberry Lillet y Der Zug hat keine Bremsen crearon un ambiente exuberante. La canción Chicken Banana, actualmente famosa en la plataforma TikTok, fue especialmente popular.

El jueves por la noche nos esperaba una parte muy especial del programa: una visita guiada nocturna por Bad Bentheim. Caminamos por las callejuelas a la luz de las linternas, acompañados de emocionantes leyendas e historias, por ejemplo sobre los históricos problemas de alcantarillado, el misterioso cojín de orejas del diablo o las estrechas escalerasy caminos del casco antiguo. Cansados por las experiencias del día, todos los niños se tumbaron en sus camas después de la caminata y a las 10 de la noche el albergue juvenil estaba tranquilo.

El viernes por la mañana volvimos a desayunar juntos antes de emprender el viaje de vuelta a casa.

A pesar del tiempo cambiante, del sol al granizo, los niños recordaron un tiempo lleno de acontecimientos. Algunos habrían preferido quedarse unos días más, mientras que otros estaban encantados de poder abrazar de nuevo a sus padres el viernes.

El viaje de fin de curso a Bad Bentheim fue todo un éxito para todos los participantes. Con una mezcla de movimiento, historia, creatividad y comunidad, será recordado durante mucho tiempo.