El año pasado, el Sr. A. Mollenhauer se presentó al examen para convertirse en subdirector. Pasó este examen sin gran sorpresa entre el personal. Solicitó un puesto en su ciudad natal y allí fue aceptado. Su estancia en la escuela de Buterland iba a prolongarse hasta las vacaciones de verano. Sin embargo, el momento de despedirnos de él se fijó para enero de este año. Se le comunicó con poca antelación que cambiaría de escuela a partir del 1 de febrero de 2024. Esto supuso una gran conmoción para todos. La cuestión de un regalo de despedida fue mucho mayor.
Su clase de la escuela le sorprendió con un montón de pequeños regalos en su último día de trabajo. Recibió un gran corazón hecho con fotos. También le obsequiaron con un cuadernillo diseñado por los niños con los mejores momentos de sus últimos años como profesor de la clase. Simbólicamente, también había un árbol pintado con huellas dactilares que representaban hojas. Con ello se pretendía demostrar al Sr. A. Mollenhauer que el trabajo que había invertido -como en un árbol- había permitido a los alumnos crecer y florecer. También había una camiseta diseñada por los niños como regalo de despedida. Por supuesto, los padres de su clase también pensaron en un regalo. Pero también tenía un detalle para su clase. Todos recibieron un pequeño colgante de pingüino. Después, los alumnos y los profesores saquearon el bufé, que los niños habían preparado ellos mismos e incluso horneado.
El personal de la escuela de Buterland también le organizó muchas cosas. Recibió un farol con el título "Colega con corazón" para demostrarle que no sólo era un gran compañero para los alumnos, sino que también enriquecía enormemente al personal. También se le obsequió con un calendario de pared. Cada mes estaba diseñado de forma colorida y divertida por sus colegas. ¡Tendrá que colgarlo en su nuevo despacho! También había un kit de emergencia. Contiene todo el material importante que necesita para empezar con éxito su nuevo trabajo. El Sr. Mollenhauer también hizo un regalo al personal. Les regaló unos zumbadores con grabaciones de audio suyas. Así permanecerá en el colegio.
El 1 de febrero asumirá su nuevo cargo de vicedirector en su ciudad natal. La escuela de Buterland le desea todo lo mejor y espera que no olvide su paso por Gronau.